La Historia de mi Amigo (2ª parte)
Mi amigo, para darse de baja del partido, envió tres cartas certificadas con acuse de recibo. Una al secretario general local, otra al secretario de organización regional y la última al secretario de organización nacional. Recibió confirmación de la entrega de las tres.
A pesar de ello, mi amigo continuaba recibiendo mensajes desde varias instancias del partido. Recibía los boletines políticos que se distribuyen cada vez que hay un hecho relevante para que todos los militantes se alineen con la posición oficial. Recibía convocatorias a mítines y reuniones de todo tipo, tanto locales como de otros ámbitos. También continuó recibiendo mensajes SMS en su móvil invitándole a participar en diferentes eventos. El se limitaba a borrarlos sin más.
Cuando llegaron las últimas elecciones, unos días antes de los comicios, mi amigo recibió una llamada en la que le solicitaban su participación como interventor. Mi amigo no estaba en casa y su mujer contestó informándoles que hacia varios meses que se había dado de baja.
Por cierto, se me olvidaba, en el mes de marzo le pasaron el cargo de la cuota anual de afiliado que él rechazó. A pesar de ello, en abril le volvió a llegar el cargo al banco que, de nuevo, volvió a rechazar. Curiosamente esta vez el importe era mayor por lo que se preguntó si es que era el recargo por no pagar a tiempo. Un poco cansado ya mi amigo decidió escribirle un mensaje a la secretaria de organización local. El mensaje decía exactamente los siguiente:
"Muy Señora mía:
El pasado mes de noviembre envié una carta certificada con acuse de recibo dirigida a los Sres. A, B y C, en la que comunicaba mi intención de causar baja de forma inmediata en el partido. Dicha carta fue recibida puesto que el envío fue realizado con acuse de recibo y puesto que no volví a tener más noticias del expediente disciplinario que se me había abierto por supuesta falta grave o muy grave.
Sin embargo, y como una buena muestra de lo bien que funciona la organización del partido, he seguido recibiendo todo tipo de correos y mensajes SMS. No sólo eso sino que, además también me cargaron la cuota de afiliación, que rechacé, en el mes de marzo… no sólo eso sino que en el mes de abril se me ha vuelto a cargar la cuota, incrementada esta vez en 3€ más, que he vuelto a rechazar. Y para terminar de aderezar este despropósito, ayer recibí una llamada telefónica solicitándome actuar como interventor en las próximas elecciones.
Por ello, las pocas dudas que me quedaban sobre que en este partido los afiliados no importan nada se me han disipado completamente. Lo único que importa parece ser que uno pague y que haga de bulto cuando así se requiera desde la estructura del partido. Poco importa si se tiene alguna experiencia que aportar o no porque, al fin y al cabo, uno es un recién llegado advenedizo que primero tiene que pasar por el aro. Está claro que el partido no responde a las inquietudes de sus afiliados, ...
... Eso sí, uds. pueden quedarse tan tranquilos pensando que mi problema es que quería ser jefe antes de indio. Me vienen a la cabeza refranes del estilo de “…no hay mayor ciego que el que no quiere ver …” y lo del “… ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el ojo propio…”
Se preguntan por qué los partidos están tan desconectados de la sociedad y los niveles de afiliación y compromiso con los mismos son tan insignificantes… pues más vale que se miren hacia dentro.
Por último le ruego que tome las medidas oportunas para eliminar mis datos de TODOS los ficheros que obren su poder.
Atentamente, "
He suprimido algún párrafo porque lo que dice es más personal (en que mi amigo habla de sí mismo, no de otras personas) y poco relevante a los efectos de este tema.
De forma casi inmediata recibió un mensaje de la secretaria de organización que no voy a reproducir entera pero que incluía frases como:
" Ellos desconocen que pueda haber excompañeros tan intolerantes", "Yo a usted ya le había borrado de mis direcciones no se como utiliza usted la mía me ha causado un grave malestar tener noticia suyas." y "le ruego que tome las medidas oportunas para eliminar mis datos de TODOS sus ficheros."
Vamos, toda una joya. Que conste que mi amigo no había enviado ningún otro mensaje que puediera dar pie a estos comentarios por alguna otra afirmación. Esto es la contestación directa al mensaje de más arriba.
La contestación de mi amigo simplemente le recordó a la secretaria de organización sus obligaciones en relación con la Ley de Protección de Datos según la cual él tiene derecho a exigir que sus datos sean eliminados de las bases de datos del partido. También le recordó mi amigo a esta señora que él es un particular y, como tal, no está sujeto a ninguna obligación en ese sentido. Vamos, que por mucho que le pese a la secretaria de organización, mi amigo no tiene por qué borrar nada de ningún sitio.
Bueno, lo más curioso de todo es que, a pesar de los mensajes, mi amigo sigue recibiendo mensajes del partido. Parecería que les costase prescindir de él, aunque sólo sea para incluirlo entre el número de afiliados y simpatizantes.
14 junio 2007
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