27 mayo 2007

Desde Chiquititos...



Se dice que muchos de los problemas de nuestra sociedad son problemas de educación. Hoy quiero poner un buen ejemplo de ello aunque, en este caso, más que un problema es una anécdota.

En todos estos días de campaña electoral, una de las cuestiones que más se ha destacado ha sido la de que Las Rozas es más una ciudad dormitorio que una entidad de población autocontenida. Perdón por el término, pero es lo mejor que se me ha ocurrido para expresar el lugar dónde las personas pueden desarrollar todos los aspectos de su vida diaria: no sólo dormir, sino también comprar, educarse, trabajar, relacionarse, etc. No busquen el término en ningún manual, me lo acabo de inventar y si alguien lo utiliza en otro sitio es por pura coincidencia.

Pues bien, voy al grano, promover que Las Rozas sea lo que denominaba entidad de población autocontenida, requiere de muchas medidas que, entre otros tipos, deben ser educativas. Hay que educar a los niños mostrándoles que se puede vivir en diferentes sitios: en una ciudad, en un pueblo pequeño, en un pueblo grande, en el campo, en la montaña, en el mar... y que ninguno es mejor o peor que los otros. Son, simplemente, diferentes.

De todas, me vuelvo a desviar, así que ahora sí que voy al grano de verdad. En el cole de mis hijas han editado un libro que se llama Mi Ciudad: Madrid en el que cada niño de Infantil, Primaria y ESO ha escrito un texto cortito. En la presentación la directora del colegio dice lo siguiente:

Vivir en las afueras de Madrid conlleva una cierta desconexión con la vida de la gran ciudad; desconexión que los adultos, que nos desplazamos con facilidad, podemos ver positiva por alejarnos del bullicio y de las prisas, pero que en cierta forma aparta a los niños del conocimiento de su ciudad.

Que me disculpe la directora del cole. Madrid no es la ciudad de mis hijas. Mis hijas son de Las Rozas que es su pueblo o, al ritmo de crecimiento que vamos, su ciudad. Creo que ahora se entienden los circunloquios con los que he empezado. Mal vamos, si es que queremos que Las Rozas sea algo más que una ciudad dormitorio, si les enseñamos desde pequeños que Las Rozas no es su pueblo, que ellos, de verdad, son de Madrid.

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